lunes, 23 de mayo de 2011

Parece increíble lo mucho que te puede llegar a importar alguien, ¿eh? Como te comes la cabeza por él, te rayas, te deprimes, te haces mil preguntas y todas sin respuesta, porque ciertamente, nadie las puede responder. Y no poder quitártelo de la cabeza...es insoportable pero a la vez fascinante.

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